lunes, 2 de mayo de 2011

PRIMERO DE MAYO
Comenzamos a llegar al Triunfo. Banderolas, globos y gorritas que este año no han cumplido con su cometido de protegernos del sol. Llovizna. El bosque de siglas ondea cada vez más denso bajo el cielo plomizo. Los jóvenes activistas no cesan de repartir panfletos y boletines. Los rostros que hace un año y dos y tres.... y bastantes más llevo viendo, vuelven a estar allí, estrechando manos. Los políticos del momento han cambiado, como todos los años, la chaqueta y la corbata por la chupa vaquera y la camiseta negra. Nos ponemos en marcha. La Gran Vía es una pacífica performance que recorre festiva y vocinglera todo su asfalto. Invadimos Plaza Nueva. Los guiris, sentados en las terrazas, en manga corta y bajo los toldos, nos miran como un atractivo más. Arengan desde el estrado que se ha montado los líderes sindicales. Habas y saladillas. Veo a Jesús, al Chove, a mi primo Juan, Germán con su gorrita de UGT y su pañuelo republicano al cuello. Y la Plaza Nueva enmudece con los primeros acordes de la Internacional para clamar todos al unísono, puños en alto: "Arriba, parias de la tierra". Nos dispersamos. Toca la cerveza. A nuestro paso, hombre y mujer, matrimonio supongo, vestidos al uso, le dice él a ella: esta gentuza me pone enferma.

La Internacional Himno del Proletariado

UNA BONITA FECHA: 14 de abril.

Fue una bocanada de aire fresco y libertad para aquella España furgón de cola de cualquier concepto que tratara de acercarse al significado de progreso, justicia, solidaridad o bienestar social. Duró poco, es cierto, pero esa ráfaga tan sólo, inundó por unos años esta tierra de un horizonte lleno de ilusión.
¿Es realmente necesaria una Monarquía en España? ¿Qué posible miedo existe hacia una República? ¿No es una contradicción la Monarquía con el artículo 14 de nuestra Constitución que dice "todos nacemos iguales sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento"?

Himno de Riego