martes, 27 de abril de 2010

Relato de Ángeles Mastretta

UNA DE DOS

Lucía miró a su marido dormitar en un sillón. Despertaba a ratos, la miraba y sonreía como desde otro mundo. En una de esas pestañadas ella le dijo con mucha suavidad:
- ¿Sabes? Cuando uno de los dos se muera yo me voy a ir a Italia.

8 comentarios:

  1. A veces bastan unas pocas palabras para decir tanto...
    Bonito y profundo relato. Estaré atenta a ver cuál es el próximo que pones.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Y tú te enfadas conmigo?jajaja,te adoro...

    ResponderEliminar
  3. ja,ja,ja,tiene gracia el relatillo.

    ResponderEliminar
  4. Los hombres dormitan demasiado a veces.

    ResponderEliminar
  5. generación post17 de mayo de 2010, 7:37

    Gracias porque en alguna ocasión me has enseñado con tu comportamiento que hay cosas que no son como creía.Y ahora no las tengo tan seguras.Empiezo a verlas de otro color.

    ResponderEliminar
  6. Nada me produce más inseguridad que los grandes dogmas. Desconfío de los tenores huecos, que decía Machado, y admiro a todo aquel que sin querer ser referente de nada, con su comportamiento, y no con sus palabras, lo es.

    ResponderEliminar
  7. Yo siempre me siento inseguro.Cuando estoy desnudo.

    ResponderEliminar
  8. Por supuesto, señor anónimo. Son muchos los miedos cuando te enfrentas, desnudo, a los grandes misterios de la vida.
    Te remito a mi siguiente entrada.

    ResponderEliminar